20 de noviembre
Abuso sexual Infantil
De manera genérica, se considera abuso sexual infantil a toda conducta
en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona
con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la
madurez o el poder.2 Se trata de un problema universal que está presente, de
una u otra manera, en todas las culturas y sociedades y que constituye un
complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales,
familiares y sociales.
El abuso sexual constituye una experiencia traumática y es vivido por la
víctima como un atentado contra su integridad física y psicológica
Los niños con mayor riesgo de ser objeto de abusos son:
-Aquellos que presentan una capacidad reducida para resistirse o para
categorizar o identificar correctamente lo que están sufriendo, como es el caso
de los niños que todavía no hablan y los que tienen retrasos del desarrollo y
discapacidades físicas y psíquicas;
-Aquellos que forman parte de familias desorganizadas o reconstituidas,
especialmente los que padecen falta de afecto que, inicialmente, pueden
sentirse halagados con las atenciones del abusador;
-Aquellos en edad prepúbertad con claras muestras de desarrollo sexual;
-Aquellos que son, también, víctimas de maltrato
EFECTOS
Entre el 70 y el 80 % de las víctimas quedan emocionalmente alteradas
después de la agresión (efectos a corto plazo). Las niñas suelen presentar
reacciones ansioso-depresivas (muy graves en los casos de las adolescentes) y
los niños problemas de fracaso escolar y de socialización, siendo más proclives
a presentar alteraciones de la conducta en forma de agresiones sexuales y
conductas de tipo violento.
TRATAMIENTO
Entre las técnicas que se pueden utilizar están:
-el desahogo emocional del menor, con el objeto de romper el secreto y
el correspondiente sentimiento de aislamiento, que en ocasiones puede llevar a
que el niño cree sus propios y errados mecanismos de defensa;
-la revaluación cognitiva, con el objeto de evitar la disociación o la
negación de la experiencia, de forma que el niño reconozca que sus sentimientos
son legítimos y normales tras una experiencia como la que ha vivido;
-técnicas que permitan cambiar las alteraciones cognitivas, afectivas,
sexuales y conductuales (habilidades sociales y asertividad; entrenamiento en
relajación y control de la ira; autoexploración.